La Navidad de nuestro Señor Jesús nos recuerda que Dios está presente en todas las situaciones en las que creemos que está ausente o en las que creemos que no puede estar presente. La fe nos impulsa a mirar este tiempo con mayor serenidad y esperanza: Dios está aquí, tan presente que, de hecho, nos está pidiendo que revisemos nuestras costumbres. Nos invita a recordar que vino a salvarnos, y que en Él podemos salvarnos sólo si caminamos juntos, si aprendemos a cuidarnos unos a otros.
Para la Gloria de Dios y el Bien de las personas. San Alfonso María Fusco.
Estamos invitados a hacernos Pesebres, donde otros puedan alimentarse del pan de la amistad, del amor, de la misericordia y de la esperanza. El Señor se nos ofrece para que lo llevemos con el testimonio de nuestra vida. Como cristianos, estamos invitados a asumir la esperanza de esta humanidad tan desorientada y sola, a ser centinelas de la nueva mañana para que las tinieblas de este tiempo sean atravesadas por la Luz que viene del Señor Jesús.