Madre Crocifissa Caputo

30
May

Madre Crocifissa Caputo (Maddalena) nació en Angri (provincia de Salerno) el 18 de agosto de 1848, hija de Antonio Caputo y Agnella Garofalo, padres propietarios y dedicados al trabajo agrícola, ricos en fe y devoción a Dios. Siendo aún una niña, se encendió en su corazón un gran deseo de hacerse religiosa, pero no sabía dónde ni cómo, porque no había casa religiosa en Angri. Se comprometió a llevar una vida sencilla, piadosa, retraída, sacrificada y apostólica, alimentando en la oración su propósito secreto, confirmado por su voto privado de consagrarse a Dios, a la edad de 25 años.

Los primeros años fueron duros por los sacrificios afrontados con gran fe y generosidad y por los múltiples contrastes que desafiaron el valor y la determinación de aquellas jóvenes.

En 1876, la Providencia le presentó a Don Alfonso María Fusco, reuniendo así «dos almas ardientes con un mismo deseo: abrir una casa para el bien de las niñas huérfanas y desamparadas». Desde ese momento Magdalena, durante 25 años, fue la Madre modelo y vigilante de la Congregación, que crecía en número y en obras con su cuidado y con su enérgica guía, extendiéndose por varios pueblos y ciudades. Madre Crocifissa enfermó en Roma a finales de 1902 y en su lecho de muerte, tomada al Crucifijo, encomendó a Dios el Instituto al que se había dedicado por completo, bendijo a las Hermanas y murió en paz el 4 de febrero de 1903 a las 8 de la mañana, a la edad de 54 años.

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